Entre dunas y minas
La Costa Verde debe su nombre a la rica vegetación que llega hasta el mar. En su mayoría son arbustos como el madroño, lentisco, la retama y el enebro que llama la atención por sus formas extrañas y retorcidas creadas por los vientos.
Esta zona de Cerdeña, junto con los Sulcis, es considerada una de las tierras más antigua de Europa, la tierra de millones de años de antigüedad. Un paraíso para los amantes de la geología. En esta zona es fácil de encontrar minerales para recoger y admirar los fósiles incrustados en las rocas.
Sin duda, uno de los más llamativos es el de las dunas de "Piscinas". Es uno de los más importantes complejos de dunas costeras en Europa. Grandes dunas de arena que penetran en la mancha, comenzando desde la playa hasta llegar a casi dos kilómetros tierra adentro.
Monte Arcuentu de origen volcánico, se recorta en el territorio, con sus 784 metros sobre el nivel del mar. La imposición de las paredes de basalto, vistos desde lejos, creando formas y perfiles que encienden la imaginación. En su cima se encuentran los restos de las fortificaciones medievales y una pequeña ermita construidos y utilizados por Fra Nazzareno, un clérigo que pasó aquí algunas épocas del año, en la soledad, para meditar.
Varias rutas de senderismo permiten descubrir esta pequeña cordillera y ofrecen espléndidas vistas de la isla se encuentra en el interior que en las amplias playas que serpentean oeste.
Rico en pequeñas aldeas, casi todas abandonadas, el resultado de la intensa actividad minera que se desarrolló entre mediados de 1800 hasta 1991, ofrece una interesante página de la arqueología industrial.
Las plantas cerradas y edificios abandonados son parte del gran Parque Minero de Cerdeña. Ingurtosu, Naracauli, Montevecchio son algunos sitios que le permiten dar un paso atrás en el tiempo y observar lo que queda de lo que fue un minero industrial de los más importantes de Europa.
No es difícil avistar algunos ciervos ya que en esta zona hay numerosos.